Talleres y Conferencias

jueves, 14 de abril de 2011

Apreciación

APRECIACION
“El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse, más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados.” Albert Einstein


La apreciación es una poderosa emoción que tiene beneficios científicamente validados. Impacta positivamente a nuestro sistema inmunológico, a nuestras actitudes, a nuestro corazón y a nuestra claridad mental. Apreciación significa ser agradecido o expresar sentimientos de admiración, de aprobación, de  beneplácito y de gratitud.


Apreciando la Naturaleza en una caminata:
Los niños se mueven siguiendo ondas de intensa actividad y luego descansan, otra vez suben la intensidad y vuelven a descansar. Así son también los entrenamientos físicos para los atletas de alto rendimiento y se recomienda para cualquier persona que quiera mantenerse en buena condición física. De esta manera es como te recomiendo que practiques tus caminatas en un parque o cualquier lugar arbolado.

Al armonizar el movimiento de tu cuerpo con el movimiento de tu mente, se armoniza tu alma, y te conviertes en eso que eres: una unidad.

Los primeros cinco minutos tu andar debe ser lento porque debes calentar los músculos. Entonces tus pensamientos, de amor, de apreciación y de gratitud,  son tranquilos y pausados. Trata de dejar espacios sin pensamientos. Al acelerar un poco el paso, subes el tono, el volumen y la fuerza que le imprimes a tus pensamientos. En la cresta de la onda, cuando tu movimiento es vigoroso, tus pensamientos son muy intensos, muy apasionados. Se convierten en un grito. Gritos de pasión. Gritos de exaltación. Gritos silenciosos de alegría y de poder. Entonces vas a sentir cómo tu cuerpo y tu mente están unidos en la misma vibración de tus pensamientos positivos la cual es una muy alta vibración. Con el ejercicio físico y los pensamientos positivos en armonía, vas a sentir que vibras en la frecuencia del amor.
Al ir bajando la cresta de la onda, tus pensamientos, poco a poco, siguiendo el ritmo del cuerpo, van bajando también de intensidad y van adquiriendo un tono tranquilo y pausado, igual que tus pasos.
Todo el tiempo que ocupes en la caminata (o en correr o en nadar o en cualquier actividad física) hazlo muy consciente de lo que estás haciendo, muy consciente de cada movimiento. Sólo siente el cuerpo, siente tu sangre correr, siente tu corazón, siente el aire que inhalas y exhalas, siente como los pulmones se expanden y se contraen, siente tus músculos, ese leve dolor cuando estás en una alta intensidad y ese golpeteo de la sangre y ese cosquilleo cuando bajas la cresta de la onda. Siente el aire y el sol en tu cara, o toda el agua en tu cuerpo si es ese el caso. Siente tu sudor.
Entonces, cuando no hay pensamientos, cuando unificas el ritmo, al movimiento de tu cuerpo y de tu alma, de tu mente no pensante, entonces sentirás esa poderosa conexión con tu ser interior y con todo el Universo.
Entonces sentirás el poder del amor dentro de ti, como fuegos pirotécnicos que estallan y que iluminan todo tu ser interior e iluminan todo lo que ves. Explotan dentro de ti. Te transforman.
Tendrás sensaciones físicas de fatiga, siéntelas con todo tu ser. En estos momentos es muy fácil conectarte con tu cuerpo, y dejar de pensar, porque son muchas las sensaciones. Es un momento mágico que debes aprovechar al máximo, para lograr esa conexión con tu ser interior.
No permitas que el ejercicio se convierta en algo automático. Sé consciente siempre de tus movimientos, de tus sensaciones, de todo tu cuerpo. Pon tu atención siempre en ese o esos músculos que están trabajando.

Además de la consciencia de tus sensaciones puedes tener los siguientes pensamientos:
Agradecer lo que vas viendo, por ejemplo, el árbol, las flores, el cielo. Agradecer todas tus cosas, por ejemplo, tu carro, tu cama, tu ropa, etc. Agradecer por tu familia, por tus amigos y nombrar a cada uno de ellos. Agradecer por tu cuerpo en general e ir nombrando cada órgano, cada sistema y cada célula.

Pensamientos de apreciación: “Qué hermoso árbol. Es majestuoso. Produce oxígeno para que yo lo respire. El árbol es verde. El verde es vida. El árbol me da vida. Me encanta ese árbol. El árbol es inteligencia…” Y llegar a un momento en que lo puedas apreciar sin palabras. Sólo sintiendo la sensación de la apreciación.

Otros tipos de pensamientos es tomar las cualidades de la naturaleza para ti: “La naturaleza y yo somos parte de lo mismo. Sus cualidades son también las mías. Del árbol tomo lo verde. Yo soy vida. Del colorido de las flores tomo su alegría, su belleza. De los pájaros tomo su libertad, su gracia, su ligereza, su habilidad de volar. De la Tierra tomo su generosidad incondicional, su soporte, su grandeza. Del sol tomo su calor, su pasión, su luz. Del cielo tomo lo infinito, lo ilimitado. Del agua tomo su omnipresencia, su poder de limpiar, su flexibilidad para cambiar y seguir siendo, su música cuando baja en forma de cascada y su suave tranquilidad del lago…” Y sentir profundamente cada cualidad que estás describiendo.

Siente dentro de ti cada cosa que veas, mientras dices: “yo soy el árbol”, lo observas y lo sientes dentro de ti.

Dale tu amor a cada cosa que vayas viendo: “flores, las amo, árbol, te amo, cielo, te amo, sol, te amo…”

Deja espacios después de cada pensamiento y sólo siente el agradecimiento o la apreciación, pero ya sin usar ninguna palabra. Maravíllate de cada cosa que observas, cómo si fueras un niño. Los niños cuando descubren algo nuevo se sorprenden, abren más los ojos, abren la boca y dicen ¡waow! Y hacen una pausa, se toman su tiempo para disfrutar ese momento. Toda esa expresión de maravilla de los niños incorpórala a tus ejercicios de apreciación. No hablas, no piensas, pero todo tu ser se maravilla de esa flor.
Es muy importante que no busques nada dentro de ti, no busques un resultado, o una reacción. Sólo experimenta la apreciación.




Apreciando el cuerpo humano.
En un libro de anatomía para niños, con láminas a colores, estudia el cuerpo humano, pensando al mismo tiempo que lo que estudias es tu organismo, maravillándote todo el tiempo de lo grandioso que es tu cuerpo.
Cada órgano, tejido o sistema que veas, cada célula, los huesos o el sistema digestivo, expresa: ¡waow! ¡Así funcionan mis células! ¡waow! ¡Así son mis huesos! ¡waow! ¡Todo lo que hace mi sistema digestivo!, etc, etc. Y no dejes de maravillarte por esa inteligencia increíble que es tu cuerpo ¡woaw! ¡Qué maravilla soy!
Pregúntate ¿Cómo sabe cada célula llevar a cabo todos esos procesos químicos? ¿Cómo mantiene la comunicación con otras células para que exista una armonía en todo el organismo? ¿De dónde viene esa inteligencia? ¿Qué es esa inteligencia que habita mi cuerpo? ¿Qué inteligencia es la que realiza cada segundo, miles de procesos en mi cuerpo?


Apreciar es alabar. Alabanza a la vida. Alabanza a la creación. Alabanza a tu cuerpo. Alabanza a la naturaleza. . Alabanza a todo lo que existe. Alabanza a todo lo que ES.

Todo lo que ES, eres tú. Tu eres todo lo que ES.

Nota: esta información es un fragmento de mi taller Viviendo en el amor.

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