Talleres y Conferencias

sábado, 23 de abril de 2011

Plenamente Humanos

Entrevista a Esperanza Aguilera en Radio Nuevo León, en el programa "Plenamente humanos", conducido por Eliza Almanza y Miriam de la Vega. El tema de la entrevista fue la liberación del miedo.





domingo, 17 de abril de 2011


Mi libro se titula: “La bendición del cáncer” y su contenido se divide en tres partes:
Primera parte, es el testimonial de cinco meses de mi vida desde que me diagnostican cáncer de recto en un estadío  III, hasta que  el diagnóstico resultó negativo para cáncer.  Esta sanación la logré sin la operación que todos los doctores me indicaban: una colonostomía permanente.  Platico cómo durante este lapso de tiempo paso del miedo, confusión  y terror, a la paz interior, a la confianza en mi naturaleza como creación divina, al amor interno, y todo a través del manejo de los pensamientos.
En la segunda parte hago una reflexión sobre las lecciones que aprendí, sobre la enseñanza que vino a traerme esta enfermedad, hablo sobre la intuición y sobre cómo logré sanar.
En la tercera parte doy las técnicas específicas para cambiar el pensamiento, las cuáles sirven para todas las personas por igual.  Son técnicas para controlar la mente, para obtener la paz interior, para lograr la salud del alma y la del cuerpo. Incluyo los planos físico, emocional, mental y espiritual en estas técnicas ya que somos seres integrales.

jueves, 14 de abril de 2011

Apreciación

APRECIACION
“El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse, más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados.” Albert Einstein


La apreciación es una poderosa emoción que tiene beneficios científicamente validados. Impacta positivamente a nuestro sistema inmunológico, a nuestras actitudes, a nuestro corazón y a nuestra claridad mental. Apreciación significa ser agradecido o expresar sentimientos de admiración, de aprobación, de  beneplácito y de gratitud.


Apreciando la Naturaleza en una caminata:
Los niños se mueven siguiendo ondas de intensa actividad y luego descansan, otra vez suben la intensidad y vuelven a descansar. Así son también los entrenamientos físicos para los atletas de alto rendimiento y se recomienda para cualquier persona que quiera mantenerse en buena condición física. De esta manera es como te recomiendo que practiques tus caminatas en un parque o cualquier lugar arbolado.

Al armonizar el movimiento de tu cuerpo con el movimiento de tu mente, se armoniza tu alma, y te conviertes en eso que eres: una unidad.

Los primeros cinco minutos tu andar debe ser lento porque debes calentar los músculos. Entonces tus pensamientos, de amor, de apreciación y de gratitud,  son tranquilos y pausados. Trata de dejar espacios sin pensamientos. Al acelerar un poco el paso, subes el tono, el volumen y la fuerza que le imprimes a tus pensamientos. En la cresta de la onda, cuando tu movimiento es vigoroso, tus pensamientos son muy intensos, muy apasionados. Se convierten en un grito. Gritos de pasión. Gritos de exaltación. Gritos silenciosos de alegría y de poder. Entonces vas a sentir cómo tu cuerpo y tu mente están unidos en la misma vibración de tus pensamientos positivos la cual es una muy alta vibración. Con el ejercicio físico y los pensamientos positivos en armonía, vas a sentir que vibras en la frecuencia del amor.
Al ir bajando la cresta de la onda, tus pensamientos, poco a poco, siguiendo el ritmo del cuerpo, van bajando también de intensidad y van adquiriendo un tono tranquilo y pausado, igual que tus pasos.
Todo el tiempo que ocupes en la caminata (o en correr o en nadar o en cualquier actividad física) hazlo muy consciente de lo que estás haciendo, muy consciente de cada movimiento. Sólo siente el cuerpo, siente tu sangre correr, siente tu corazón, siente el aire que inhalas y exhalas, siente como los pulmones se expanden y se contraen, siente tus músculos, ese leve dolor cuando estás en una alta intensidad y ese golpeteo de la sangre y ese cosquilleo cuando bajas la cresta de la onda. Siente el aire y el sol en tu cara, o toda el agua en tu cuerpo si es ese el caso. Siente tu sudor.
Entonces, cuando no hay pensamientos, cuando unificas el ritmo, al movimiento de tu cuerpo y de tu alma, de tu mente no pensante, entonces sentirás esa poderosa conexión con tu ser interior y con todo el Universo.
Entonces sentirás el poder del amor dentro de ti, como fuegos pirotécnicos que estallan y que iluminan todo tu ser interior e iluminan todo lo que ves. Explotan dentro de ti. Te transforman.
Tendrás sensaciones físicas de fatiga, siéntelas con todo tu ser. En estos momentos es muy fácil conectarte con tu cuerpo, y dejar de pensar, porque son muchas las sensaciones. Es un momento mágico que debes aprovechar al máximo, para lograr esa conexión con tu ser interior.
No permitas que el ejercicio se convierta en algo automático. Sé consciente siempre de tus movimientos, de tus sensaciones, de todo tu cuerpo. Pon tu atención siempre en ese o esos músculos que están trabajando.

Además de la consciencia de tus sensaciones puedes tener los siguientes pensamientos:
Agradecer lo que vas viendo, por ejemplo, el árbol, las flores, el cielo. Agradecer todas tus cosas, por ejemplo, tu carro, tu cama, tu ropa, etc. Agradecer por tu familia, por tus amigos y nombrar a cada uno de ellos. Agradecer por tu cuerpo en general e ir nombrando cada órgano, cada sistema y cada célula.

Pensamientos de apreciación: “Qué hermoso árbol. Es majestuoso. Produce oxígeno para que yo lo respire. El árbol es verde. El verde es vida. El árbol me da vida. Me encanta ese árbol. El árbol es inteligencia…” Y llegar a un momento en que lo puedas apreciar sin palabras. Sólo sintiendo la sensación de la apreciación.

Otros tipos de pensamientos es tomar las cualidades de la naturaleza para ti: “La naturaleza y yo somos parte de lo mismo. Sus cualidades son también las mías. Del árbol tomo lo verde. Yo soy vida. Del colorido de las flores tomo su alegría, su belleza. De los pájaros tomo su libertad, su gracia, su ligereza, su habilidad de volar. De la Tierra tomo su generosidad incondicional, su soporte, su grandeza. Del sol tomo su calor, su pasión, su luz. Del cielo tomo lo infinito, lo ilimitado. Del agua tomo su omnipresencia, su poder de limpiar, su flexibilidad para cambiar y seguir siendo, su música cuando baja en forma de cascada y su suave tranquilidad del lago…” Y sentir profundamente cada cualidad que estás describiendo.

Siente dentro de ti cada cosa que veas, mientras dices: “yo soy el árbol”, lo observas y lo sientes dentro de ti.

Dale tu amor a cada cosa que vayas viendo: “flores, las amo, árbol, te amo, cielo, te amo, sol, te amo…”

Deja espacios después de cada pensamiento y sólo siente el agradecimiento o la apreciación, pero ya sin usar ninguna palabra. Maravíllate de cada cosa que observas, cómo si fueras un niño. Los niños cuando descubren algo nuevo se sorprenden, abren más los ojos, abren la boca y dicen ¡waow! Y hacen una pausa, se toman su tiempo para disfrutar ese momento. Toda esa expresión de maravilla de los niños incorpórala a tus ejercicios de apreciación. No hablas, no piensas, pero todo tu ser se maravilla de esa flor.
Es muy importante que no busques nada dentro de ti, no busques un resultado, o una reacción. Sólo experimenta la apreciación.




Apreciando el cuerpo humano.
En un libro de anatomía para niños, con láminas a colores, estudia el cuerpo humano, pensando al mismo tiempo que lo que estudias es tu organismo, maravillándote todo el tiempo de lo grandioso que es tu cuerpo.
Cada órgano, tejido o sistema que veas, cada célula, los huesos o el sistema digestivo, expresa: ¡waow! ¡Así funcionan mis células! ¡waow! ¡Así son mis huesos! ¡waow! ¡Todo lo que hace mi sistema digestivo!, etc, etc. Y no dejes de maravillarte por esa inteligencia increíble que es tu cuerpo ¡woaw! ¡Qué maravilla soy!
Pregúntate ¿Cómo sabe cada célula llevar a cabo todos esos procesos químicos? ¿Cómo mantiene la comunicación con otras células para que exista una armonía en todo el organismo? ¿De dónde viene esa inteligencia? ¿Qué es esa inteligencia que habita mi cuerpo? ¿Qué inteligencia es la que realiza cada segundo, miles de procesos en mi cuerpo?


Apreciar es alabar. Alabanza a la vida. Alabanza a la creación. Alabanza a tu cuerpo. Alabanza a la naturaleza. . Alabanza a todo lo que existe. Alabanza a todo lo que ES.

Todo lo que ES, eres tú. Tu eres todo lo que ES.

Nota: esta información es un fragmento de mi taller Viviendo en el amor.

miércoles, 13 de abril de 2011

¿Es posible alcanzar la salud perfecta con tan solo desearlo?

La repetición armónica de un sonido produce música. La repetición armónica de un deseo produce milagros.
La medicina tradicional ostenta al ser humano como algo meramente físico, como un cuerpo sin alma, y como tal, lo trata, como si no tuviera, además, pensamientos ni emociones. La medicina convencional está obsesionada por la enfermedad, no por la salud. La enfermedad es una desarmonía interior. Es una llamada de atención. Es tu cuerpo  hablándote. O mejor dicho: gritándote.
Puedes ser gentil con tu cuerpo y tomar una aspirina si te duele la cabeza, pero, tienes que buscar dentro de ti  la raíz de ese dolor de cabeza, para reconocer el problema por el que estás pasando, enfrentarlo y ponerle solución. De esa manera no tendrás que tomar indefinidamente una aspirina para el dolor de cabeza. Porque, además, al no solucionar la raíz de tu dolor, el efecto de la medicina será cada vez menor, necesitarás dos aspirinas y después tal vez una inyección en la vena para calmar ese dolor. Y así te crearás una adicción a las medicinas que además te traerá otros efectos colaterales. Todos los medicamentos provocan efectos secundarios en mayor o menor escala. Te arreglan una cosa y te descomponen otra.
No estoy en contra de la medicina tradicional, sino de su uso indiscriminado y extremista. Hay quienes toman pastillas para dormir, pastillas para despertar, pastillas para la depresión y pastillas para otras dolencias. Estas adicciones y las enfermedades en sí,  no son otra cosa que falta de confianza en uno mismo, desatención inconsciente del cuerpo,  falta de fe y miedos, muchos miedos.
En el cuerpo físico se reflejan nuestros pensamientos, nuestro estado emocional y nuestro nivel espiritual o nuestro nivel de conciencia.
En otras palabras, lo físico, lo emocional, lo mental y lo espiritual, están entretejidos; están sutil y fuertemente entrelazados. Son una misma cosa. Somos seres integrales, somos una unidad. Somos un mecanismo maravilloso y perfecto en armonía total… o en desarmonía si es así como nos manejamos.
Cada pensamiento que generamos, envía mensajes bioquímicos a todo nuestro cuerpo. Sólo imagina que tienes un limón amarillo de cáscara delgadita, suave al tacto, que lo puedes apretar un poco, luego imagina que lo cortas con un cuchillo filoso y se derraman algunas gotas sobre la mesa, lo pones sobre tu boca y lo exprimes permitiendo que el jugo penetre en tu boca, sobre tu lengua, que toca tu paladar y todas tus papilas gustativas. ¿Salivaste? Sólo fue un pensamiento en tu cabeza. De la misma manera, cada pensamiento que tenemos produce efectos fisiológicos en nuestro cuerpo. Puedes cambiar tu pulso, tu presión arterial, incluso la temperatura de tu cuerpo, con determinados pensamientos.  Puedes cambiar todo tu estado fisiológico con un pensamiento.
El ser humano es lo que piensa. Si tus pensamientos son de dolor, de sufrimiento, de preocupación, de culpa o de rencor, es lo que inevitablemente se reflejará en tu vida. Si tus pensamientos son de apreciación, de gratitud, de alegría y de amor, la dicha y la salud se manifestarán en tu vida.
Todo es así de sencillo: imagina que avientas un huevo contra el piso, ¿qué crees que sucederá? Se romperá de seguro. De la misma manera (ley de causa y efecto) funcionan las cosas intangibles. Alberga pensamientos inferiores en tu mente y el dolor te perseguirá, alberga pensamientos superiores y la dicha te seguirá. Causa y efecto.
Entonces  tú tienes el poder de elección. Puedes elegir qué pensamientos acoger en tu mente y esos pensamientos que elijas, te producirán un estado, de ansiedad o de paz, dependiendo de cual haya sido tu elección.
De esta manera te conviertes en el amo y señor de tus pensamientos, hacedor de tu vida, creador de tus condiciones y de tu destino.

Imagina que cortas tu cuerpo por la mitad, separas tu lado derecho de tu lado izquierdo, qué pasaría, te morirías. Es lo mismo, al separar tu cuerpo físico, del emocional, del mental, del espiritual, sucede una muerte, una muerte en vida, un vacío, una perenne insatisfacción,  una falta de amor por ti mismo. Hablo del amor incondicional y absoluto, del amor hacia ti mismo como una unidad, como una creación perfecta, como un ser divino, de ese amor, que es el mismo amor hacia la vida, hacia la Tierra, hacia los animales, hacia la humanidad. El amor total.

Elegir los pensamientos adecuados es amarte a ti mismo. Los pensamientos de paz, de entusiasmo por la vida, de gratitud, de aceptación, de apreciación,  son pensamientos de amor. Este tipo de pensamientos te relaja, te sana, te recarga de energía, te fortalece. Este es un proceso activo. Te responsabilizas de ti mismo y actúas en consecuencia. Ponerte en manos de médicos o terapeutas en un proceso pasivo. Pones en manos ajenas tu salud, tu integridad física y tu vida. Y te olvidas que tanto la salud como la enfermedad vienen de dentro de ti. De la misma manera, solo es posible mantener la salud o sanar la enfermedad, desde dentro de ti. Cualquier medicamento y cualquier terapia es un aliviane. La salud perfecta es tu responsabilidad y tu premio. Es un  regalo que sólo tú te puedes dar.
Es posible alcanzar la salud perfecta con desearlo: actuando  congruentemente con este deseo. Armonizando cuerpo, mente, emociones y espíritu.

La vida fue hecha para ser vivida en gozo eterno, libertad infinita, amor incondicional y conciencia ilimitada. Cualquier cosa menos que eso te está haciendo perder completamente el objetivo de haber nacido humano. MSI

Nota: Este texto es la introducción de mi libro "La bendición del cáncer".

esperanza0205@msn.com