Entrevista a Esperanza Aguilera sobre la publicación
de su libro:
”La bendición del cáncer”
Por Carlos Soto de El Diario de Coahuila
¿Cómo te enteraste qué tenías cáncer de colon, qué
pasó por tu mente y cuál fue tu primera reacción en ese momento?
RESPUESTA: En ese preciso momento por la mente no pasa nada porque todo
el cuerpo está invadido por el miedo, por el terror, por la confusión. Todo el ser es una
interrogación gigantesca, una incredulidad, una negación. Mi reacción fue escuchar al doctor sin
moverme, sin hablar solo sentí el miedo y lloraba y lloraba, sin hacer ruido,
las lágrimas se salían y ya.
¿Sentiste miedo, coraje contra
alguien, impotencia, deseos de morir antes que pasar por el calvario de una
enfermedad tan temida por casi todos, o hubo algo diferente en tí?
RESPUESTA: Miedo si,
mucho, coraje contra alguien no, impotencia no. Sentí más bien una
vulnerabilidad absoluta que no conocía, un desamparo total. Deseos de
morir, en momentos, si, cuando tenía miedo a la decrepitud. Todas estas
emociones fueron solo al principio, los primeros momentos, los primeros días,
las primeras semanas. Después fui perdiendo poco a poco el miedo
trabajando con mis pensamientos, observándolos y escogiendo solo los más
convenientes para sanar.
¿Cuál
es el papel que jugó en esto tu familia; padres, hermanos, esposo, e hijos, en
caso de que los tengas?
RESPUESTA: Padres ya no tengo, mi mamá acababa de
fallecer dos meses antes de que me diagnosticaran y mi papá falleció en un
accidente automovilístico cuando yo tenía 14 años. El apoyo de la familia es
algo precioso, muy importante, es algo esencial. Recibí el apoyo de mis
hermanas, de mi esposo, de hermanos y sobrinos. A mis hijos más bien yo traté
siempre de protegerlos, de que me vieran bien, de que no temieran perder a su
madre. Siempre traté de que ellos no sufrieran por mí.
¿Qué te hizo tomar una actitud
diferente a la de la mayoría de los enfermos de cáncer?
RESPUESTA: Creo que fue una
intuición, una corazonada, una voz interna que me decía que no tuviera miedo,
que me mantuviera en paz. Esa voz me decía que estando en paz, sin miedos, iba
a sanar. Pero esta voz no habla con palabras. Son sensaciones, ideas, lo que
está antes que las palabras. Legó un momento en que no volví a sentir
ningún miedo, a pesar de que todavía tenía el tumor y de que cada visita al
doctor me causaba ansiedad, y a pesar del miedo de familiares y amigas. Llegó
un momento en que tuve una confianza absoluta en que iba a sanar, desde
entonces no he tenido el menor temor al cáncer. Es la fe en que mi cuerpo es una
creación divina, una creación perfecta. Teniendo fe obtuve la salud.
Platícanos por favor en pocas
palabras dos días en tu lucha contra el cáncer, el más difícil y el más fácil
que recuerdes.
RESPUESTA: Lo más difícil
fueron los tratamientos médicos y los estudios. Todo lo que tiene que ver con
médicos, hospitales y laboratorios. Cuando me decían los doctores que tal vez
el cáncer se encontraba en otras partes de mi cuerpo. Los interrogatorios de
tantos médicos y técnicos de la medicina. Las agujas, las sondas, los aparatos.
Lo más fácil, e incluso
placentero, fue todo lo demás que hice por mi propia cuenta: caminar en
el parque, apreciar la belleza de la naturaleza, apreciar mi cuerpo como una
creación divina, agradecer mi salud y todo lo que tengo, las visualizaciones de
luz…
Y sobre todo y gracias a esto
último conocí la alegría que existe en mi interior, la paz y el amor, todo eso
es lo mismo y supe que existía dentro de mi, que siempre ha estado aquí y que
no precisamente lo externo a mi es la causa de mi alegría. Cuando obtuve
este conocimiento de mi interior, esta sabiduría que todos poseemos, fue una
revelación y una inmensa alegría para mi.
¿Qué
recomiendas que no deban hacer las personas cuando reciban la mala noticia de
que padecen algún tipo de cáncer o alguna otra enfermedad grave?
RESPUESTA: No deben ponerse en
el papel de víctimas de la vida. No deben usar la enfermedad para dar lástima,
o para manipular a los seres queridos. No deben quedarse pasivos esperando que
alguien más haga algo por ellos. No deben desatender los llamados de su
corazón. No deben poner su atención en las cosas feas de la vida. No deben de
rendirse nunca. No deben auto compadecerse. No deben poner toda su atención en
la enfermedad.
Deben pensar que todo lo que
nos pasa es para aprender algo. Voltear a ver todo lo bueno de la vida.
Amarse incondicionalmente. Perdonar.
¿En qué consiste lo que
hiciste para erradicar el cáncer y quiénes son los médicos que certificaron esto?,
en caso de que haya un dictamen médico al respecto.
RESPUESTA: Los médicos no
certifican lo que hice. Los resultados de los estudios son muchos, desde que me
diagnosticaron hasta que los resultados fueron negativos para el cáncer. Todos
estos estudios los tengo y están a tu disposición y en su mayoría fueron del
Hospital Universitario de Monterrey.
Lo que hice para erradicar el
cáncer, rápido y para siempre, fue cambiar mis hábitos de pensamiento, mis
patrones de pensamiento. Cambié mi manera de pensar y con esto cambié mis
emociones, cambié mi vida interna, evolucionó mi conciencia. Dejé de
tener miedo y empecé a amarme y a amar toda la existencia.
Lo que hice fue conocer el
amor. El amor real y absoluto. No es el amor romántico ni con apegos. No es el
amor que nos venden en las telenovelas. No es el amor sufrido. Es el amor
incondicional. Lo que hice fue llenarme de ese amor. Cuando conoces ese amor,
que está siempre en ti, no existe el sufrimiento. No pueden co-existir adentro
de ti el amor y el sufrimiento. El amor y la enfermedad no co-existen. El amor
y el miedo no pueden estar al mismo tiempo en tu cuerpo.
¿Ya no hay riesgo de que
regrese el cáncer a tu cuerpo?
RESPUESTA: No. Si tuve
una fe absoluta para sanar, imagínate ahora que estoy sana. Yo sé que no
regresará.
¿Cualquier persona puede hacer
lo mismo que tú hiciste... qué se requiere para hacerlo?
RESPUESTA: Si, cualquier
persona puede hacerlo. No se necesita ser o tener algo especial. No se necesita
ser especialista en algo ni tener una maestría. No se requiere dinero. No se
puede comprar ni vender. Todos tenemos la posibilidad de lograr ese cambio. Lo
que se requiere para lograrlo solo es querer hacerlo y actuar. Tomar la decisión,
tomar la responsabilidad de tu vida, tener la voluntad, fijar tu atención y tu
intención en la belleza y en la perfección. Perdonar todo. Agradecer siempre.
No quejarse, no criticar, no juzgar. Mantenerte alerta a tus pensamientos y
emociones. Amar incondicionalmente, a ti mismo y a todo. Es todo.
¿Por qué escribir este libro
con tu experiencia y qué es lo que van a encontrar los lectores en él?
RESPUESTA: En el libro cuento
paso a paso, lo que viví durante esos cinco meses en los que tuve cáncer.
Cuento cómo pasé del terror a la paz absoluta, a la fe, a la confianza de que
iba a sanar. En la tercera parte del libro doy las técnicas una por una,
para lograr sanar de un cáncer, pero también para sanar de cualquier
enfermedad, para tener paz en tu corazón. Son técnicas físicas, mentales,
emocionales, espirituales. Lo escribí pensando en que tengo algo valioso que
compartir con los demás. Mi sueño es ayudar a mucha gente. Mi gran sueño
es colaborar con la expansión de la conciencia de la humanidad.
¿Es indispensable que personas
con diagnóstico de cáncer, cualquiera que sea éste, compren tu libro para
encontrar la respuesta que buscan?
RESPUESTA: No creo que sea
indispensable: existen muchos caminos y muchos medios para encontrar la verdad
adentro de ti. Lo que si sé es que al menos encontrarán en él una luz, una
esperanza de que si se puede sanar de cáncer y encontrarán las técnicas
comprobadas por mi, para lograrlo.
¿En los medios de comunicación
encontraste algo que te haya servido en esta experiencia, o definitivamente
carecen de espacios que puedan ser útiles a la gente en circunstancias como la
que tú viviste?
RESPUESTA: Un poco antes del
diagnóstico vi dos reportajes sobre los placebos, en el Discovery Chanel y el
la revista Quo. Esta información sobre los placebos fue algo muy importante
para ayudarme a sanar. En los reportajes se comprueba que personas con
diferentes enfermedades sanan al darles un placebo. Entonces yo me pregunté
cual era el secreto del cuerpo, que elaboraba esa sustancia que supuestamente
tenía el placebo, para sanar. Y llegué a la conclusión de que la mente es muy
poderosa, que puede sanar y enfermar también al cuerpo, dependiendo de
los pensamientos. Creo firmemente que la Vida nos da siempre los mensajes
precisos de lo que necesitamos y puede ser a través de los medios masivos de
comunicación, a través de personas, de libros o de inspiración. Sólo debemos
estar alertas a estos mensajes y usarlos. Debemos ser selectivos, tanto de los
mensajes de los medios como de cualquier otro tipo.
Al final ¿cuál es el mensaje
que tú quieres dar a enfermos de cáncer y sus familias, así como a la población
en general?
RESPUESTA: El cáncer es una
enfermedad provocada por uno mismo y uno mismo tiene el poder de erradicarla.
El cáncer no es provocado por agentes externos, es provocado por pensamientos
tóxicos, pensamientos auto-agresivos, pensamientos destructivos. El
cáncer es causado por el miedo en sus diferentes manifestaciones (ira, rencor,
culpa, odio, etc.). Cambiando los pensamientos el cáncer desaparece. Al cambiar
los pensamientos cambias tus emociones, cambias toda tu fisiología, tus
reacciones bioquímicas. Tu cuerpo es perfecto y puede sanar solo. Es un
método gratuito, inocuo, indoloro, sin efectos colaterales negativos.
Este sistema disuelve el cáncer pero también te trae la paz interna, encuentras
el bienestar interior, encuentras la alegría adentro de ti.
El cáncer como problema
social, como una epidemia, se manifiesta cada vez más por la separación
que hacemos la sociedad actual, de
lo físico con lo espiritual. Toda nuestra atención es externa. Todas nuestras
ambiciones y necesidades, como sociedad, ven solo lo externo. Lo material. Es
este desequilibrio lo que nos ha provocado que cada vez haya más cáncer a nivel
mundial. La separación de lo material con lo espiritual. Y la separación de
cada individuo con todos los demás. La célula cancerosa hace exactamente eso:
“piensa” que es independiente del organismo al que pertenece. La célula
cancerosa “cree” que está separada de ese organismo y se sustenta de él hasta
que provoca su absoluta aniquilación. Mata al organismo y entonces muere.
Del mismo modo, el ser humano piensa que esta separado de todos los
demás. Nos olvidamos que todos somos uno, un solo organismo, y que
debemos cuidarnos, protegernos y amarnos todos, porque es la única manera de
amarse a uno mismo, de protegerse uno mismo: amando todo lo que existe.
El cáncer es la separatividad,
el amor es la unión.
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